La pandemia de COVID-19 ha transformado abruptamente nuestra forma de trabajar, acelerando la implantación del trabajo remoto y cambiando la función de las sedes corporativas. El empleado prefiere quedarse en casa o en terceros lugares para las tareas individuales. Este nuevo escenario laboral ha convertido a la oficina post COVID en un espacio para las tareas que requieren del trato presencial entre personas. A esto hay que añadir una mayor vertiente representativa de la cultura de la compañía. Y todo esto basado en el diseño de una atractiva experiencia espacial del usuario.

Los componentes fundamentales de los nuevos espacios de trabajo serán los siguientes. Por un lado, espacios memorables que sirvan a usos presenciales. Por otro, la garantía de que tu oficina cuida de tu salud. Y finalmente, una fuerte carga de digitalización y servicios que ayuden con la experiencia del cliente. Todo ello con una conectividad sin fisuras que favorezca el tanto el trabajo remoto como el presencial.