Medio centenar de empresas relacionadas con el sector agroalimentario estuvieron presentes en esta jornada impulsada por el Clúster de Innovación Agroalimentaria Granadino y el Ayuntamiento, a través de la Agencia OAL

 

El Centro Agroalimentario de Innovación y Tecnología acogía este martes la presentación del proyecto europeo Interreg-Mediterranean CAMARG, un proyecto que pretende dinamizar los mercados agroalimentarios aprovechando los circuitos cortos de distribución y la exportación a otras zonas. La Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Huétor Tájar, María Dolores López, y el presidente de la Asociación Clúster de Innovación Agroalimentaria Granadina (CINNGRA), Rafael Gómez Maroto, eran los encargados de presidir este acto que, a lo largo de casi tres horas, pormenorizó frente a empresarios y responsables de administraciones y entidades locales y comarcales las acciones que pueden llevar a cabo de cara al desarrollo empresarial y de productos innovadores.

 

López daba la bienvenida a los casi cincuenta empresarios y representantes de entidades y administraciones presentes, disculpando en primer lugar al Delegado de Agricultura, Manuel García Cerezo, que tuvo que cancelar su participación en el acto debido a las granizadas en la zona de Zújar y Freila, y al Alcalde, Fernando Delgado, que por tener otra reunión a la misma hora no pudo estar presente en la apertura del acto. «Aunque el proyecto CAMARG es el primero en el que se hace visible la colaboración entre la Agencia de Desarrollo OAL y el Clúster, llevamos tiempo trabajando juntos. Este centro pretende fomentar el desarrollo basado en la innovación de este sector como motor de desarrollo de la economía local, comarcal, y me atrevería a decir que provincial. Ha sido un trabajo laborioso, de muchos papeleos, en el que el OAL ha puesto mucho empeño; se ha dado contenido al edificio, construido por una escuela taller, y se inició la andadura del clúster para dar cabida a los proyectos que las empresas, el clúster y el propio Ayuntamiento tienen en mente: productos de cuarta y quinta gama, mejora de nuestros productos, y búsqueda de productos alternativos, entre otras».

 

Rafael Gómez, presidente del Clúster, recordaba que éste se creó hace ya más de un año, con muchas dificultades, y que «cuando conocimos el proyecto CAMARG, no dudamos en solicitar unirnos a él, puesto que nos interesaba el trabajo en cuanto a los canales on-line para la distribución de los productos, y queremos concentrar la oferta de productos de la zona para ser más competitivos».

 

Tras la presentación de la jornada, arrancaba la mesa de trabajo, en la que Alejandro Rodríguez, Director Gerente del Centro de Innovación y Tecnología Agroalimentaria (CITAGRO), se encargaba de dar paso a los distintos ponentes. El primer ponente en intervenir sería Javier Valverde, gerente del Centro de Investigación y Desarrollo del Alimento Funcional (CIDAF) de Granada, que hablaba sobre la necesidad de trabajar en la creatividad de los canales de comercialización de los productos agroalimentarios. Daba paso a la interesante charla del coordinador de Investigación Científica del CIDAF, Antonio Segura, que incidía en la necesidad de innovar en los productos funcionales aprovechando los conocimientos que brindan entidades de investigación y la propia Universidad, en nuestro caso de Granada, y presentando algunos casos de éxito. Segura invitaba en su intervención a ver más allá del producto alimenticio en el espárrago de Huétor Tájar, aprovechando los taninos, uno de los compuestos de esta planta que se encuentra en la parte que, hasta la fecha, forma parte del deshecho.

 

Daniel Bravo, licenciado en Ciencias Ambientales, explicaba su experiencia en las vías de comercialización de productores en circuitos cortos multisectoriales a través del proyecto «Valle&Vega», una unión de cooperativas agroalimentarias que se han especializado en la producción ecológica y la distribución propia de «ecocestas» de productos agroalimentarios a través de su propia página web. «Hay que pensar que lo pequeño está muerto, y trabajar a lo grande», decía Daniel, en referencia a que los agricultores, por sí solos y sin unión, no conseguirán hacer su trabajo sostenible.

 

Le seguía la intervención de Olga Aguilera, del Instituto Andaluz de Tecnología (IAT), que ofrecía una charla centrada en la necesidad de trabajar en clústers de mercados agroalimentarios innovadores «kilómetro cero» de metodología transnacional, lo que pretende el proyecto Interreg-Med CAMARG. Aguilera aseguraba a los presentes que «vamos a sentarnos con todos vosotros para estudiar qué es lo mejor para cada empresa o cooperativa y cómo nos podemos diferenciar, la relación que queremos tener con nuestros clientes, estudiando los procesos de distribución óptimos para que el trabajo sea rentable: a todo le vamos a poner números para ver si podemos ganar más dinero». La intención, decía, es «desarrollar una hoja de ruta común para que cada clúster sepa cómo hacer las cosas de la forma más eficiente posible, y transferir esos conocimientos».

 

Sería a continuación Cristina Rodríguez, actual gerente del clúster CINNGRA, quien intervendría explicando el trabajo y los objetivos del clúster. «Investigación hay veces que es pararse y pensar: qué quiero, dónde quiero ir, y con quién puedo contar. Eso es lo que CINNGRA quiere proporcionar a través de esta agrupación de empresas que tienen un objetivo común: ser más competitivos, crecer, porque si crece la empresa, crece el territorio», decía Cristina. Incidía también en la necesidad de aprovechar las sinergias desde el agricultor hasta quienes ofrecen los servicios auxiliares para mejorar la competitividad, y ofrecía el clúster para impulsar las relaciones internacionales y desarrollar el sector agroindustrial y las pymes en la zona, facilitando proyectos de I+D+i de los empresarios y promocionar los productos de la zona para dar las empresas a conocer y mejorar los canales de distribución, promoción y comercialización, abaratando los costes para el empresario y asentando la población en el terreno gracias al empleo que se genere.

 

Cerraba las ponencias Diego Gil, subdirector general del Clúster Andalucía Smart City, que basaba su charla en la innovación y proyectos conjuntos de empresas. Gil aseguraba que lo «smart» hará más eficiente, sostenible y confortable su territorio «si consigue que las empresas también trasladen esa filosofía a su forma de trabajo. Necesitamos intercambiar conocimientos, aprovechando las oportunidades de negocio, en nuestro caso a través de ciudades inteligentes». También invitaba a los clústers a internacionalizarse a través de proyectos que les abran nuevos mercados, y al intercambio de conocimientos con empresas o grupos, sean estos cercanos o lejanos, que redunde en «que cada asociado tenga, a final de año, mayor volumen de negocio gracias al trabajo del Clúster Andalucía Smart City». Diego Gil invitaba a incluir «lo ‘smart’ en lo ‘agro’ para conseguir un grupo de trabajo de cooperación».

 

La jornada se cerraba con un turno de preguntas del público, en el que se hicieron varias preguntas sobre casos concretos de determinadas iniciativas empresariales, lo que dio paso a una degustación de productos del territorio elaborados por la chef lojeña Victoria Tango, en la que se pudieron probar platos confeccionados con espárragos verdes, habas, jamón, cordero y otros productos agroalimentarios de la zona.

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