Una delegación, compuesta por siete miembros del Comité Económico y Social Europeo, entre los que se cuentan Pierre Jean Coulon, presidente de la Sección Especializada de Transportes, Energía, Infraestructuras y Sociedad de la información del CESE, e Isabel Caño Aguilar, del Grupo de Trabajadores y responsable del proyecto Smart Cities, ha visitado Málaga durante  los días 12 y 13 de mayo como parte de su proyecto «Smart Cities».

La visita, organizada por el Clúster Andalucía Smart City, tiene por objetivo tratar con las administraciones locales de cómo las ciudades a través de proyectos innovadores y sostenibles pueden convertirse en ciudades inteligentes y desarrollar una verdadera política industrial.

Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, y Mariano Barroso, presidente del Clúster Andalucía Smart City, han recibido a la delegación del CESE, que también ha tenido la oportunidad de asistir a una sesión informativa sobre Málaga, su contexto económico y social y sus proyectos innovadores en campos cómo la energía o el transporte.

Además, la delegación europea ha participado en una mesa redonda sobre las ciudades inteligentes, junto con representantes del Ayuntamiento de Málaga, Andalucía Smart City,  Universidad de Málaga y Endesa.

Asimismo, como parte del programa, los miembros del CESE han realizado una visita al Centro de mando Smart City de Málaga.

El proyecto «Smart Cities» representa la continuación del dictamen del CESE sobre el tema «Las ciudades inteligentes como motor de una nueva política industrial europea». El objetivo del proyecto es realizar visitas de estudio a seis ciudades de la UE que hayan aplicado con éxito proyectos de ciudades inteligentes. Tras la finalización de las visitas se elaborará un catálogo de buenas prácticas, que se distribuirá a las distintas partes interesadas en la Unión Europea incluyendo a las instituciones.

En opinión del CESE, en el contexto de la creciente urbanización, la UE y los Estados miembros deben considerar las ciudades «laboratorios para una economía más dinámica y digital» en las que experimentar medidas capaces de generar un crecimiento que vaya acompañado de empleo y de desarrollo social. Las ciudades, concebidas como laboratorios de una innovación avanzada aplicada a gran escala, contribuirían al «renacimiento» industrial y socioeconómico de la UE, poniendo en marcha una verdadera revolución industrial, financiera y social.

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