Miguel Ángel Romero: “El clúster es la otra IA, la Inteligencia Asociativa”
El pasado mes de mayo, el hasta entonces presidente de Smart City Cluster, Vito Epíscopo, presentaba su renuncia al resto de los miembros de la Junta Directiva, para centrar su atención en la actividad política municipal de su ciudad, Granada. Pocas semanas después, tal y como prevén los estatutos de la asociación, la Junta se reunió para nombrar a un nuevo presidente, siendo elegido por unanimidad el empresario Miguel Ángel Romero. La rapidez a la que se sucedieron estos cambios dejaba más de una pregunta en el aire.
9 de junio de 2023
¿Cómo se reflejará esta renovación a la actividad que viene desplegando el clúster, con sus 250 empresas asociadas hasta el momento, en los proyectos de transformación de municipios de toda España? ¿Cuál es su visión sobre lo que el clúster puede necesitar en este momento y cómo se plantea sus primeros pasos?
En esta entrevista que publicamos, el nuevo presidente del clúster nos ha atendido para responder a todas esas incógnitas que despierta cualquier cambio al frente de una entidad, más aún siendo una entidad con tantas cabezas “smart” como el clúster del sector de las ciudades inteligentes.
¿Por qué ha cambiado la presidencia del Smart City Cluster?
Miguel Ángel Romero: La renovación es algo común en asociaciones como el clúster, donde se reúnen entidades que están muy enfocadas en generar y/o liderar procesos de transformación. Como suele señalar el gerente de nuestro clúster, “desde que comenzamos hace más de nueve años, el clúster cambia la piel cada seis meses". No hay que olvidar que un clúster es, ante todo, una inteligencia colectiva, y cada nuevo asociado y proyecto aporta y exige cambios.
En esta ocasión, de manera natural, el presidente anterior decidió asumir una responsabilidad más que coherente con nuestro propio propósito de mejorar la vida de los ciudadanos, al aceptar la petición que le hicieron de pasar a la acción de gobierno.
El propio Vito fue el primero en comprender que nuestra misión como asociación es contribuir a la innovación municipal de manera neutral e independiente; su renuncia a la presidencia para incorporarse a la política activa no es más que un reflejo de esa independencia y responsabilidad.
¿Hasta qué punto influye el cambio de presidente? ¿Es algo meramente formal, relacionado con el estilo personal de uno u otro, o se pueden esperar cambios de mayor calado?
Miguel Ángel Romero: Ambas cosas. Lo esencial no cambia, el Clúster sigue siendo el punto de encuentro donde los territorios encuentran esas soluciones que les aportan nuestras empresas asociadas para dar una respuesta concreta a sus necesidades reales.
Sin embargo, es evidente que el contexto en el que nos movemos, ciudadanos, empresas y responsables municipales, evoluciona constantemente. El perfil del presidente puede hacerse notar en este aspecto de adaptación a cada momento y situación.
En mi caso, mi área de especialización es la gestión de talento en empresas muy diversas. Creo que esto es lo que me hace mirar con especial atención al desafío de los municipios por convocar y retener ese talento que contribuya a aprovechar su potencial y competitividad. Muy especialmente, por tanto, un tipo de talento como el que concentran las empresas innovadoras del clúster: activo, dinámico, en aprendizaje constante…
¿Joven?
Miguel Ángel Romero: He dicho dinámico para no entrar en sesgos de edad, que muy pocas veces son acertados. Es evidente que la energía de una población no envejecida es insustituible, y que por ahí, en esa transferencia de juventud a las grandes capitales es por donde llega el sufrimiento de muchas poblaciones de tamaño medio, por debajo de los veinte mil habitantes, pero las ciudades más vitales se reconocen por mostrar equilibrio en su pirámide poblacional.
Si algo he aprendido tras décadas de gestión de talento para la empresa privada, que ahí nadie regala nada, es que la iniciativa, la curiosidad, la voluntad de superar límites, son el mayor aporte de una persona a un colectivo, sea cual sea su edad.
¿Es esa la razón por la que ha sido elegido como presidente del Smart City Cluster? ¿O hay otros motivos?
Miguel Ángel Romero: Podría haber sido yo o cualquier otro miembro de nuestra junta directiva. Una ventaja del clúster es la cantidad y calidad de talento que posee, que es el gran aporte de todas las empresas asociadas.. En el clúster, el problema no es la escasez de ideas, sino gestionar con criterio la abundancia de ideas, iniciativas y propuestas de colaboración.
Uno de los factores que me dijeron que se había destacado a la hora de proponerme como presidente fue el hecho de que yo tuviera un “perfil clúster”. ¿Qué significa esto? Pues que al igual que el propio Smart City Cluster, yo también colaboro con empresas de muy diferentes sectores y tamaños en todo el país.
Otro factor que creo que se tuvo también en cuenta fue el de que mi empresa ha estado asociada al clúster desde prácticamente el primer día. Es un proyecto en el que creo y en el que he participado todo lo activamente que me ha permitido mi actividad desde aquel mismo momento.
¿Su actividad como empresario le deja ahora más tiempo disponible? ¿Cómo piensa compatibilizar ambas responsabilidades?
Miguel Ángel Romero: No ha sido una decisión fácil. Mi empresa, HRCS, ha alcanzado un reconocimiento profesional considerable, lo que genera una mayor demanda hacia el mercado y el equipo humano. La propuesta de ser presidente del clúster me tomó por sorpresa, pero el compromiso con este proyecto peso más que cualquier otra razón.
La balanza se inclinó a medida que hablaba con otros miembros del clúster y veía el potencial de la asociación para responder a los desafíos y cambios que impactan en la vida de los ciudadanos. Sentí que podía aportar algo y no podía quedarme al margen.
¿Cuando habla del potencial del clúster, no puede evitar pensar que quizás en España no tengamos una vocación tan colaborativa?
Miguel Ángel Romero: Es cierto que en muchos casos ha sido así. Sin embargo, el clúster es un entorno de transformación que nos obliga a entender y vivir los cambios con naturalidad. La irrupción de la inteligencia artificial (IA) ha generado agitación en todos los sectores, pero es un avance irreversible. La IA se nutre de la inteligencia colectiva de todo el planeta. Es responsabilidad colectiva controlar su evolución, aplicación y aprovechamiento. El Smart City Cluster representa, precisamente, la Inteligencia Asociativa, esa otra IA que en mi opinión es la única que puede dar respuesta a los desafíos que nos plantea la IA. No creo que haya una tarea más apasionante que la de fortalecer y desplegar esa inteligencia en beneficio de todos.
Por otra parte, el potencial al que me refiero no solo reside en sus asociados, partners, territorios o técnicos. A todo eso hay que añadir lo que podríamos definir como el momentum que vivimos en el ámbito de la evolución urbana. Tenemos un mundo en el que cada vez más gente vive en ciudades, y en el que -por tanto- la sostenibilidad urbana y la de todo el planeta están estrechamente interrelacionadas. Y contamos, además, con que la sede de nuestras oficinas está en una de las capitales que más atención concentra, precisamente, en torno a los próximos desafíos de las ciudades: Málaga. Como se suele decir, tenemos la oportunidad, la motivación y el instrumento perfecto para contribuir a las transformaciones, las que son y las que vendrán. Y ese es, en mi opinión, el papel que juega de un modo extraordinario el Smart City Cluster.
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