Ciudades del futuro: Los retos de la Arquitectura y el Urbanismo

Hablamos con Miguel García, CEO de Revive Arquitectura y Revive 3.0, y con Pablo González-Bootello, CEO de BATCh Architecture, sobre Arquitectura y ciudades inteligentes.

08 oct de 2020

Coincidiendo con el Día Mundial de la Arquitectura, celebrado el pasado lunes, y la Semana de la Arquitectura 2020, hemos querido dar visibilidad a la labor profesional de dos de nuestros asociados, para que compartan con nosotros su visión y experiencia sobre los retos de la Arquitectura y el futuro de las ciudades inteligentes.

 

Para ello contamos con Miguel García Blanco, CEO de Revive Arquitectura y Revive 3.0, expertos en el modelo de arquitectura basado en la sostenibilidad y la posibilidad de dar una nueva vida a edificios y espacios, trabajando en la inclusión social y en la cohesión del territorio.

Y con Pablo González-Bootello, CEO de BATCh, Architecture for the Smart City, especialistas en el modelo de ciudades inteligentes basadas en 4 pilares fundamentales: agradable para sus habitantes y visitantes; rentable para los inversores; saludable para los ciudadanos y para el medio ambiente; y adaptable a las tecnologías en constante mejora.

En el marco de la Semana de la Arquitectura, ¿qué papel desempeña la Arquitectura y el Urbanismo, así como sus profesionales, en el concepto de ciudad inteligente?

Miguel: El concepto de ciudad inteligente ha estado muy ligado a la tecnología de la información y telecomunicaciones. Los profesionales de la arquitectura y el urbanismo deberían ser los principales prescriptores en el desarrollo de la ciudad, en cualquier acepción (inteligente, amigable, …), junto con la ciudadanía. Una ciudad que basa su evolución y decisiones en base a la tecnología (sensores, etc.…) y no escucha o atiende a las necesidades de los ciudadanos, nunca será inteligente. La ciudad inteligente debe basar esa inteligencia en la tecnología por un lado y en la conciencia ciudadana por otro.

Pablo: La ciudad inteligente es la que responde bien a las necesidades cambiantes de sus habitantes. Para ello debemos utilizar a nuestro favor todas las tecnologías necesarias.

Arquitectos y urbanistas buscamos tener el mejor entorno edificado posible. Arquitectura y ciudad deben ser útiles, atractivas, seguras, saludables y, por supuesto, sostenibles. La arquitectura que no lo sea, no es Arquitectura. La ciudad que no lo sea no es inteligente.

¿Podemos ser optimistas en una transformación urbanística de las ciudades más eficiente, sostenible y confortable?

Miguel: Claro que debemos ser optimistas, La situación de pandemia actual, con las necesidades de distanciamiento social, el no uso del vehículo motorizado, ha mostrado una ciudad mas amigable, y ha puesto en valor modelos de ciudad que llevan ya tiempo en el aire, La ciudad de los 15 minutos, por ejemplo. Una vez que el peatón va conquistando espacios urbanos, éste no vuelve a ser usado fácilmente por los vehículos.

Pablo: Sin duda. El Urbanismo tiene unos tiempos muy dilatados. Pero con la determinación adecuada de los agentes involucrados, la experiencia y el uso de las tecnologías actuales, las mejoras pueden ser enormes. Por poner un ejemplo, el modelado energético nos da unas capacidades de diseño iterativo que garantizan sostenibilidad y confort.

¿Cuáles crees que son las claves para que las ciudades puedan adaptarse al futuro?

Miguel: Las claves para que puedan adaptarse al futuro serán la resiliencia que vaya generándose para dar respuesta a las futuras crisis que puedan aparecer, como la sanitaria actual del COVID-19, así como la rapidez de la administración publica para dar respuesta a los nuevos usos y tecnología que vayan apareciendo, como pueden ser los medios de transportes alternativos (patinetes, etc…), a la par de ser cada vez más sostenibles.

Pablo: De elegir una sola, elegiría una plataforma alimentada en tiempo real por los datos que se van recogiendo de la ciudad. De esta manera se facilita una correcta toma de decisiones ante circunstancias cambiantes.

Pero ninguna clave concreta funcionará si no se pone al ciudadano en el centro. Una ciudad no puede tener un objetivo o temática que no sea el bienestar del ciudadano. Por ejemplo, “La ciudad de X” está llamada a tener problemas puesto que vivimos en un mundo transitorio y ese “X” tarde o temprano no justificará por sí solo el hecho urbano. Así que la ciudad debe estar enriquecida por distintos propósitos, tejidos urbanos, formas de socialización, etcétera.

¿Qué ciudades son un referente que hay que seguir en el modelo de Smart City?

Miguel: Mas que ciudades referentes sería más interesantes seguir acciones llevadas a cabo por distintas ciudades, ya que no pensamos que haya una receta definitiva, cada ciudad tiene su idiosincrasia, con apuestas distintas en cada caso, más por la vía medioambiental y sostenibilidad, más por el uso de la tecnología y los datos para mejorar la gestión, por lo que lo que vale para una no vale para otra.

Iniciativas como las “Supermanzanas”, desarrollos en pro de la sostenibilidad como los de Vitoria o incluso Sevilla con la extensa red de carril bici, el uso de la tecnología en Tokio….

Pablo: En España me gustan Vitoria, Santander y los esfuerzos de Málaga. Como ideas, las “Supermanzanas” y la “Ciudad de los 15 minutos” están bien, pero si se quedan a medias, corren el peligro de empeorar las cosas.

En el resto del mundo, Singapur apunta muy alto y Nueva York, hasta la pandemia, iba por buen camino. Pero me inclino por experiencias más manejables como Copenhague (en objetivos medioambientales) y Eindhoven (tecnología).

¿Cómo crees que cambiará la arquitectura pública y las ciudades después del COVID-19?

Miguel: Pues los cambios dependerán del tiempo que dure la pandemia, el recortar los desplazamientos, la infrautilización de zonas exclusivas de oficinas junto a todos los servicios secundarios anexos (cafeterías, etc.…) generará rápidas transformaciones de esos espacios.

Es apasionante ver como se producirá un cambio profundo en el paradigma de la segmentación histórica de la ciudad en espacios para vivir, trabajar, ocio, etc…

Pablo: ¡Tengo unas expectativas muy altas! Aunque el impacto es impredecible todavía. Cambios que ya estaban en marcha para lustros/décadas se van a comprimir en meses/años. Por ejemplo, la flexibilidad en horarios y lugares de trabajo terminará cambiando importantes estructuras urbanas.

La ciudad debe aprovechar estos cambios para ser más vivible para el ciudadano y atractiva para la inversión.

¡La ciudad del futuro es ilusionante!

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