La pandemia de COVID-19 ha transformado abruptamente nuestra forma de trabajar, acelerando la implantación del teletrabajo y cambiando casi de la noche a la mañana la función y utilidad de las sedes corporativas. El nuevo escenario laboral ha convertido a la oficina post COVID en un espacio que debe “fomentar la creatividad como ingrediente principal en el crecimiento de la empresa”, contribuyendo a la captación y retención del talento. Las claves de esta transformación han sido tratadas hoy por OnTech Innovation y Smart City Cluster en el webinar ‘Tus oficinas post-COVID’, impartido por Pablo González-Bootello, arquitecto y socio fundador de BATCh Arquitectura.

La nueva oficina post COVID deben responder a un doble reto: por un lado, y en una primera fase pre-vacuna, las oficinas tienen que reconfigurarse para garantizar la salud y seguridad de los trabajadores, aumentando la distancia entre puestos de trabajo y reduciendo el aforo de los distintos espacios de la sede. En una segunda fase, sin embargo, las oficinas deberán ser lugares adaptativos que faciliten el trabajo en equipo, el aprendizaje y la socialización.

“El nuevo espacio de oficinas estará enfocado a tareas laborales que requieran relación cara a cara, creatividad y diseño. Ya nunca será la suma de puestos de trabajo y despachos. Por otra parte, la oficina tendrá una función representativa de los valores corporativos”, ha explicado González-Bootello, que ha asegurado que esta transformación tendrá un impacto directo en el mercado inmobiliario.

“Lo que viene no es alquilar espacio, sino alquilar un paquete completo de servicios que se desarrollan en un espacio. El modelo pasará de una industria de producto a una industria de servicio”.

Los principios fundamentales para esta nueva oficina, según el arquitecto y fundador de BATCh Arquitectura, son los siguientes:

-Espacios de trabajo memorables, multifunción y adaptativos, para potenciar las capacidades humanas en tareas que solo se puedan hacer presencialmente, ampliando la tipología de puestos de trabajo y atendiendo a la materialidad de formas y acabados.

-Tecnología, digitalización y servicios para el usuario, optimización del uso de la oficina y, en la escala del edificio, gestión de incidencias y monitorización de su comportamiento energético.

-Nueva salubridad, con atención a las instalaciones de calidad del aire y climatización, servicios de facility como limpieza y automatización para convertir la oficina en touchless.

-Conectividad fluida entre el trabajo remoto y el presencial, consiguiendo que el trabajador no encuentre inconvenientes para elegir dónde realizar más productivamente sus tareas.

“La oficina del futuro ya no será un conjunto de espacios de trabajo, será un conjunto de espacios que catalicen habilidades humanas. Los espacios para la creatividad y la relación humana se convertirán en principales y deberán diseñarse de acuerdo a su función de versatilidad e inspiración”, indica Pablo González-Bootello, que señala que será esencial crear entornos que ayuden a la productividad, lo que requerirá un gran conocimiento de los procesos internos de la empresa y “altas dosis de innovación en el diseño”. La ampliación del catálogo de puestos flexibles; o la creación de espacios de apoyo al uso principal, como salas de comunicación remota y de reuniones, zonas informales o espacios de transición serán esenciales.

También entrará en juego, más que nunca, la digitalización. “La tecnología debe tratarse como una parte más de la edificación”, ha indicado el experto, que ha apuntado que se aplicarán herramientas digitales para la mejora de la experiencia del usuario, la monitorización del edificio o la oficina, la gestión de procesos internos que integren el trabajo en la oficina y el trabajo remoto, y la recolección de métricas vinculadas con la productividad. Además, la digitalización será esencial en el área de Recursos Humanos, para la implantación de sistemas eficaces de Ciberseguridad o para la colaboración remota en tiempo real.